lunes, 7 de septiembre de 2009

Homenaje al libro

Era una simple cuestión de tiempo. Tras unas decenas de años dedicados al desarrollo de lo que ahora se llaman sistemas "empotrados" y que yo llamaba simplemente sistemas basados en microcontrolador (¡sí! yo trabajé con dispositivos MCS48) ha llegado el momento de dar un gran salto.

A medida que se fue disponiendo de nuevos procesadores con características más avanzadas, la petición de mayores funcionalidades para los diseños era un hecho inevitable. Sin embargo, quizá por los dispositivos que me tocó en suerte desarrollar, nunca tuve necesidad de afrontar diseños que no se puedieran abordar desde el punto de vista de "un solo hombre y desde cero".

Ciertamente, tuve que adoptar algunas estrategias para mejorar mi rendimiento, como el uso de compiladores de lenguaje "C", la modularización del trabajo, el aprovechamiento de lo escrito previamente... pero simpre fue posible mantener la filosofía.

Estos últimos años, mi trabajo me ha separado de la labor pura de desarrollo ¿Será el principio de Peter? pero en mis escasos ratos libres no puedo dejar de pensar en que algún día terminaré esa máquina revolucionaria que me dará la satisfacción del ingeniero (Ver página 173). En algunas entradas previas ya he hecho mención a mis devaneos más recientes en este sentido.

Para ello, he tenido que adaptar mi mentalidad. Parece que no se pueden diseñar máquinas que no tengan pantalla a color táctil con gráficos en movimiento y sonido. El indicador luminos, el zumbador y los interruptores han pasado a la historia.

Así que, tras muchas dudas, decidí que debía dar un gran salto, e informarme a fondo de esa cosa que llaman "embedded linux", que pone de forma inmediata a disposición del desarrollador de "equipos electrónicos basados en microprocesador" el trabajo de decenas de miles de horas de excelentes programadores.

Una cosa es decirlo así, y otra cosa es aplicarlo en la práctica. El comienzo de búsqueda de información, como en muchas ocasiones, comenzó en la red. La red está llena de información, pero extraer la que es realmente de interés y distinguir entre la válida, la regular, la mala e incluso la malintencionada (por cierto muy abundantes éstas dos últimas) es otra cosa.

Como en otras ocasiones he procedido del modo habitual: Leer mucho, extraer información para ir rechazando la inútil o inválida, seguir leyendo más y seguir extrayendo. Hasta que llegué a un punto en el que las numerosísimas dudas se iban resolviendo con lentutud, tras horas de búsqueda y filtraje de información. En ese momento me vino la inspiración. Me acordé de algo que hacía antes de que existiese internet. Buscar libros sobre el tema en una librería. Con lo que ya había aprendido, seguro que sería capaz de apreciar qué libros contienen información útil.
Así lo hice. Una visita a una librería técnica, unas horas de ojeo, y salí de allí con unos cuantos libros.

Ahora invierto más tiempo leyendo y consultando los libros que buscando información en internet y cuando hago esto último la búsqueda es más fácil, dirigiéndose de forma directa a fuentes de mayor fiabilidad.

Poco a poco voy logrando mi propósito de conocer el medio en el que me voy a mover en el próximo futuro. Y he dado el gran salto gracias a los buenos libros. Alguien que leí hace tiempo pero que no recuerdo dijo que escribía libros proque creía que el mejor modo de aprender sobre un tema era escribir un libro sobre él. Debemos agradecer a quienes aún siguen escribiendo con la intención de aprender y transmitirnos lo aprendido.

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